Entre sombras veo sus siluetas al fondo de una calle oscura. Al borde de un farol hay un beso, sus labios la devoran y saborean con pasión, un beso salvaje e interminable. Gotas que caen marcando el paso, la humedad roza su pecho, tiembla de nuevo, otro beso recorriendo lentamente cada centimetro de su espalda, se eriza su piel. Entre sombras un reflejo blanco mordisquea su oreja, tiembla, sonrie, llora. La toma entre sus brazos atrapándola, la sabe suya. La ropa húmeda, los cuerpos compartiendo su calor, su vida, su amor.
En mis sueños, en los tuyos, en mi realidad, en la tuya, en la nuestra.
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