En alguno de mis sueños perdidos recuerdo que me dijiste que la vida es una ilusión pasajera tan efímera como sólo Dios quiera.
Así pues reafirmo que tienes razón.
No tiene, tuvo, ni tendrá sentido verla pasar a través de discusiones estúpidas, banalidades o locuras ajenas.
Muy contrario a lo que pudieras pensar, lo anterior sabe más a autobiografía que a relato.