Probablemente una vida no baste para conocer sus secretos
Aquellos que guardan un abrazo cálido
Los que traen mis sueños recurrentes
Esos que motivan una mirada furtiva
En su voz dándome aliento
Autores de sus besos
Asesinos de mis miedos
Cómplices de sus caricias
Probablemente me tome una vida conocer todos los secretos que hacen que todo mi ser la necesite a todas horas
sábado, agosto 27, 2005
Aprendemos
Después de treinta años de vida, veintitrés de estudios, cinco de trabajo, cuatro de matrimonio, tres de ser padre y a no sé cuanto tiempo de haber sido amigo, consejero, hijo, hermano, asesor, esposo, compadre, subordinado, jefe, ingeniero, nieto, sobrino, compañero, presidente y lo más importante haber sido YO.
Siento que hoy puedo decir que estoy satisfecho con lo que hasta esta fecha he hecho con mi vida, sin deberle ya nada a nadie más que a mi mismo, con las botas puestas y emprendiendo el camino hacia un nuevo libro que estará lleno de ideas, ilusiones y esperanzas depositadas de nueva cuenta en mi mismo.
Si algo aprendí después de treinta años fue que Yo escribo y seguiré escribiendo mi propia historia.
Siento que hoy puedo decir que estoy satisfecho con lo que hasta esta fecha he hecho con mi vida, sin deberle ya nada a nadie más que a mi mismo, con las botas puestas y emprendiendo el camino hacia un nuevo libro que estará lleno de ideas, ilusiones y esperanzas depositadas de nueva cuenta en mi mismo.
Si algo aprendí después de treinta años fue que Yo escribo y seguiré escribiendo mi propia historia.